Ya me venía rondando la idea desde hacía varios meses. Desde que ví el acuario con caballitos de mar que mis amigos de GaLERía tienen en sus nuevas instalaciones del Complejo Residencial Profuturo: C/Barcelona 4, 47008, Valladolid. Tenéis que pasaros por allí, por cierto, ya veréis como la visita merece la pena.
El caso es que empecé a pensar en un broche con forma de caballito de mar. revisé cientos de imágenes de estos animalitos. Y llegué a una conclusión: ¡que formas tan increíblemente complicadas en unos bichejos tan pequeños!, ¡caray!
Son como dragones minúsculos, llenos de pliegues, espinas, anillos, crestas, aletas... ¡Ah! se me olvidaba el prodigio geométrico de la Naturaleza, la espiral
Y mientras tanto bocetaba caballitos de mar para ir familiarizándome con la especie.
En mi mente veía un broche y me obcequé en colocar al "bicho" sobre una estrella de mar (yo siempre tan barroca) pensando en lo estupenda que quedaría con su purpurina, su textura y sus cosas... Menos mal que reaccioné a tiempo para centrar mis esfuerzos en el animal.
A pesar de todo, sustituí la estrella por inspiradoras y esféricas burbujas de agua salada. Mi caballito tendría que ser alegre y optimista. Lleno de color..
¡E voilà!